No se suspende por lluvias

La ansiedad que genera la escasez de lluvias, sumado al déficit hídrico que viene sufriendo el suelo de una buena parte de la zona núcleo de nuestro país, hicieron que se celebre apenas y en algunos lugares, los entre 15 y 35 milímetros que se registraron el fin de semana pasado.

Es que si bien fue un alivio para algunos, sobre todo Santa Fe, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, continúa manteniéndose el deterioro de reservas de agua y el panorama es igual o más desalentador que la campaña pasada.

En este contexto, más del 40 por ciento de área sembrada de trigo, presentaba condiciones de sequía y la situación que era de regular a mala pasó del 54% al 70% en la región, ya que además se suman las heladas.

En cuanto al maíz, en este momento lo delicado es saber si se siembra de forma temprana o no, tratando de cuidar al máximo los rindes que ya se ven afectados por las campanas anteriores y un escenario que no se repetía hace 20 años de tres Niñas consecutivas.

Quedan como mucho cuatro semanas para definir si se apuesta a la siembra de maíz temprana, ya sabiendo el productor que es una campaña más complicada que la anterior (porque se había vivido un mejor otoño y un invierno con más lluvia), y no “comerse el amague” de esta lluvia incipiente y un buen pronóstico.

La actual sequía tiene y tendrá severos impactos económicos como se prevé desde hace meses. Pasando el verano, la Bolsa de Comercio de Rosario estimaba que el impacto sobre la economía argentina sería de al menos 4800 millones de dólares.

Aún con buenos precios y el mercado interno satisfecho, se traduce en menos fletes, menos servicios financieros, y de intermediación, menos divisas en la calle y menos consumo. Argentina necesita de los dólares, necesita al campo y el campo al agua para que la producción agrícola no decaiga, las exportaciones no se contraigan, no caiga el PBi y no haya recesión.

Con todo este escenario, la preocupación, ansiedad y la necesidad de encontrar alternativas no se suspenden por lluvias. O por lo menos, no por las escasas.